- Boletín 22
- Visto: 1573
Mindfulness, por el encuentro interior
Escrito por: Martha Isabel Arias de Neira.
Abogada UNICIENCIA.
Administradora Pública ESAP.
Esp. Derecho Administrativo U. Externado de Colombia.
Esp. Administración Pública ESAP.
Cursos de: 1. Desarrollo Regional, en Israel.
2. Manejo del Medio Ambiente, Maastricht, Holanda.
3. Gobernabilidad y políticas públicas, La Haya, Holanda.
4. Desarrollo de Recursos Humanos, Tokio, Japòn.
5. Gestiòn Municipal, Seul, Korea.
El mindfulness o atención plena al momento presente (aquí y ahora) es una técnica de autocuidado, como una especie de puerta que abre hacia adentro para promover el camino hacia la conciencia interior. Como la conciencia es al alma lo que el ejercicio es al cuerpo, se busca que las actuaciones de cada día sean conscientes y no ejecutadas en “piloto automático”.
El mindfulness se ha popularizado últimamente pues no requiere experiencia previa, al contrario, se promueve acercarse a cada sesión como un aprendiz, un observador imparcial que asiste por primera vez, sin aprehensiones y sin expectativas por lo que se pueda lograr, pues sea lo que sea, todo está y estará bien.
Esta tranquilidad y aceptación se ve reflejado tanto en el comportamiento interior y exterior como en el trato hacia los demás o incluso cuando se opta por “el noble silencio”. Es un aprender a Ser, a no ir contra nosotros mismos, a no resistir, a aceptar. Es decir, un rejuvenecimiento del pensamiento para ser espontáneo, puro, libre del que dirán, sin dudas, sin miedo, sin prejuicios ni juicios…
Se recomienda que se hagan inicialmente sesiones diarias específicas de 45 minutos, preferiblemente guiadas por expertos, hasta lograr que durante toda nuestra cotidianidad estemos siempre presentes: presentes al degustar un alimento, al caminar, al hablar, al trabajar al lavarse los dientes e incluso al estar silentes. Siempre. Estas prácticas cotidianas y conscientes prometen llevarnos a nuestra sabiduría interna, a lo divino en cada uno, curando la culpabilidad y el resentimiento que envenenan el alma.
La experiencia se inicia generalmente con ser conscientes de la respiración (inspiración y espiración) y un escaneo corporal agradecido que estudiosos de la Universidad de California, de Yale, de Pensilvania (Robert A. Emmons, Robin Stern, Davis, Martin E. P. Seligmanhan) y aquí en Colombia (Fundación Mindfulness Colombia), entre otros, han probado que contribuye a la salud mental (e incluso física), al desarrollo neuronal, al positivismo y a la satisfacción con la vida en general. Lo cual va contribuyendo paulatinamente y casi sin darnos cuenta a la paz interior y con esto a la felicidad propia y de quienes nos rodean, ya que promueve la autocompasión, el buen trato y el respeto a sí mismo y a los demás.
Desde que inició la pandemia, la Fundación Mindfulness Colombia, generosamente ha ofrecido a todo aquel que quiera participar, una práctica gratuita en vivo, cada noche a las 7:45 pm., convencidos que este espacio puede aportar en la construcción de una sociedad más amable, compasiva y resiliente. Con la guía de los médicos siquiatras Elkin Llanez Anaya, Violeta Hoyos, Mónica Suárez, Ariel Alarcón y la psicóloga clínica Laura Suaréz, como simples seres humanos que pretenden hacer mejor su propio mundo interior y solidaria y generosamente extienden su conocimiento a quien desee, los asistentes voluntarios que cada noche intentan el arte de respirar conscientemente, aceptar lo que no se puede cambiar, aprender de cada situación por difícil que parezca, soltar y seguir con agradecimiento y una sonrisa, porque se reconoce que fue y es lo mejor. Sin juzgar y sin culpar, ni siquiera a uno mismo. Con autocompasión. Tratándose cada uno con mucha amabilidad y comprensión. Con Amor. Se puede asegurar que cada sesión es una aventura hacia sí mismo. Con dedicación y perseverancia diaria se logra la recompensa del autoconocimiento, el encontrarse y conocerse a sí mismo: una aventura inacabable, entusiasmante y voluntaria, que nos puede alcanzar el equilibrio entre el deber y el ser y nos ayuda a enfocar la atención en aquellas cosas que merecen ser apreciadas. Olvidando el reloj de la urgencia y el calendario de la prisa.
Acercarse sin expectativas, cada día a la meta que es el encuentro con uno mismo, utilizando el cuerpo, la mente, las emociones y el silencio (10 minutos diarios), como herramientas para llegar a la conciencia interior, observando como un novato sin experiencia previa para dejarse sorprender por cada descubrimiento, sea positivo o negativo, aceptando que nos llegan miles de pensamientos que distraen la concentración, respirando conscientemente se vuelve al momento presente y se dejan pasar… sin juzgarse, con cariño… con paciencia. Con mucha paciencia y sonriendo.
A quienes no conocen aún esta técnica, los invito a consultar la amplia bibliografía escrita y electrónica que hay fácilmente disponible y a encontrarnos cada noche en el espacio vital ofrecido por la Fundación Mindfulness Colombia, siguiendo el enlace señalado acá: https://us02web.zoom.us/meeting/register/tZwrf-2rqj8sGteO7RpIpZfUVx0ldhLbGcjr