- Boletín 33
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En Gaza en 2023, Israel y sus aliados están reproduciendo los objetivos y las mentiras de 1948
Escrito por: Jonathan Cook - Traducción: Dr Laszlo Palotas.
Declassified UK – 21 de noviembre de 2023.
https://www.jonathan-cook.net/2023-11-21/israel-goals-lies-1948-gaza/
Israel está llevando a cabo abiertamente una limpieza étnica en Gaza. Sin embargo, al igual que sucedió con la primera Nakba en 1948, las mentiras y engaños de Israel dominan los medios de comunicación y la narrativa política de Occidente.
La historia se repite, y todos los políticos y periodistas de las élites occidentales fingen que no pueden ver lo que les está mirando a la cara. Hay una negativa colectiva y deliberada a unir los puntos en Gaza, incluso cuando apuntan en una sola dirección.
Ha habido un patrón consistente en la conducta de Israel desde su creación hace 75 años, al igual que ha habido un patrón consistente de ser "ciegos y sordos al mal” en la respuesta de las potencias occidentales.
En 1948, en los acontecimientos que los palestinos llaman su "Nakba" o Catástrofe, el 80 por ciento de los palestinos fueron purgados étnicamente de sus tierras en lo que se convirtió en el autoproclamado Estado judío de Israel.
Cómo sostuvieron los palestinos en ese momento, y cómo los historiadores israelíes confirmaron más tarde con documentos de archivo, los líderes de Israel mintieron cuando dijeron que los palestinos habían huido por su propia voluntad, por orden de los Estados árabes vecinos.
Cómo también descubrieron los historiadores, los líderes israelíes mintieron cuando afirmaron que habían suplicado, primero, a los 900.000 palestinos dentro de las fronteras del nuevo Estado que se quedaran y, luego, a los 750.000 forzados al exilio que regresaran a casa. En contraste, los archivos mostraron que los soldados del nuevo Estado israelí habían perpetrado terribles masacres para expulsar a la población palestina. La operación general de limpieza étnica tenía un nombre, Plan Dalet.
Más tarde, los líderes israelíes incluso mintieron al minimizar el número de comunidades agrícolas palestinas que habían destruido: hubo más de 500 borradas de la faz de la tierra por excavadoras y zapadores del ejército israelíes. Paradójicamente, este procedimiento era conocido popularmente por los israelíes como "hacer florecer el desierto".
Notablemente, académicos, periodistas y políticos de renombre en Occidente – aquellos que dominan la conversación en la “corriente mayoritaria” (mainstream) – ignoraron toda esta evidencia sobre el engaño y la mendacidad israelíes durante décadas, incluso después de que los historiadores israelíes y los documentos de archivo respaldaran el relato palestino de la Nakba.
Se adoptaron varias estrategias para mantener la verdad fuera de la vista. Observadores prominentes continuaron vendiendo argumentos israelíes desacreditados. Otros levantaron las manos, argumentando que la verdad no podía determinarse definitivamente. Y otros más declararon que, incluso si habían sucedido cosas malas, había suficiente culpa para todos los lados y que, de todos modos, era una cosa excelente que el pueblo judío tuviera un santuario (incluso si los palestinos pagaban el precio en lugar de los antisemitas y genocidas en Europa).
Estas defensas comenzaron a desmoronarse con la llegada de las redes sociales y un mundo digital en el que la información podía difundirse más fácilmente. Las élites occidentales se apresuraron a cerrar cualquier discusión crítica sobre las circunstancias en las que nació el Estado de Israel etiquetándolo como antisemitismo.
Un espacio cada vez más reducido
Todo esto es el contexto para entender el actual debate en la corriente mayoritaria sobre lo que está sucediendo en Gaza. Estamos viendo la misma desconexión entre los acontecimientos reales y la narrativa elaborada por las élites para excusar a Israel, excepto que esta vez el engaño y la manipulación están ocurriendo mientras nosotros, el público, podemos ver por nosotros mismos los horribles hechos que se desarrollan en tiempo real.
No necesitamos historiadores que nos digan lo que está pasando en Gaza. Está en directo por televisión (o al menos la versión más higienizada lo está).
Vamos a relatar los hechos conocidos.
Funcionarios israelíes han llamado a la erradicación de Gaza como un lugar donde los palestinos pueden vivir, y dijeron que todos los palestinos son vistos como objetivos legítimos para las bombas y balas de Israel.
Se ha ordenado a los palestinos que salgan de la mitad norte de Gaza. Israel ha atacado los hospitales de Gaza, los últimos santuarios para los palestinos en el norte.
Gaza ya era uno de los lugares más concurridos de la Tierra. Pero los palestinos se han visto obligados a refugiarse en la mitad sur de la franja, donde están sometidos a un "asedio total" que les niega alimentos, agua y electricidad. La ONU advirtió la semana pasada que la población civil de Gaza se enfrentaba a la "posibilidad inmediata" de morir de hambre.
Israel ha ordenado a los palestinos que abandonen gran parte de la ciudad más grande del sur de Gaza, Jan Yunis. Poco a poco, los palestinos se ven obligados a apiñarse en el estrecho corredor de Rafah, junto a la frontera con Egipto. Unos 2,3 millones de personas están hacinadas en un espacio cada vez más reducido.
La mayoría no tiene un hogar al que regresar, incluso si Israel les permite dirigirse al norte. Las escuelas, las universidades, las panaderías, las mezquitas y las iglesias han desaparecido en su mayoría. Gran parte de Gaza está devastada.
Hace largos años, Israel ha tenido un plan para expulsar a los palestinos de Gaza, a través de la frontera, al territorio egipcio del Sinaí.
Ceguera mediática
Aún más que en 1948, Israel nos está mirando a la cara en tiempo real. Y, sin embargo, al igual que en 1948, las mentiras y los engaños de Israel dominan los medios de comunicación y la narrativa política de Occidente.
Israel está llevando a cabo abiertamente una limpieza étnica dentro de Gaza. La mayoría de los expertos en genocidio concluyen que también está llevando a cabo un genocidio. El objetivo en ambos casos es provocar otra Gran Limpieza Étnica, expulsando a los palestinos de su patria, como ocurrió en 1948 y de nuevo en 1967 bajo la cobertura de la guerra.
Y, sin embargo, ninguno de estos términos –limpieza étnica y genocidio– aparece en los reportajes y comentarios de la corriente mayoritaria sobre el ataque israelí a Gaza.
Nos siguen diciendo que se trata de "erradicar" a Hamas, algo que obviamente no se puede lograr porque no se puede erradicar la determinación de un pueblo oprimido de resistir a su opresor. Cuánto más los oprimes, más resistencia provocas.
Occidente ahora está tratando de centrar la atención pública en el "día después", como si este terreno devastado pudiera ser gobernado por cualquiera, y menos aún por el régimen títere crónicamente débil conocido como la Autoridad Palestina.
Es asombroso ver que lo que era cierto en 1948 es igualmente cierto en 2023. Israel difunde mentiras y engaños. Las élites occidentales repiten esas mentiras. E incluso cuando Israel comete crímenes contra la humanidad a plena luz del día, cuando advierte con antelación de lo que está haciendo, estas élites siguen negándose a reconocer esos crímenes.
La verdad, que debería haber sido obvia mucho antes, en 1948, es que Israel no es una democracia liberal amante de la paz. Es un clásico Estado colonial de asentamientos, siguiendo una larga tradición "occidental" que llevó a la fundación de Estados Unidos, Canadá y Australia, entre otros.
La misión del colonialismo de asentamiento es siempre la misma: reemplazar a la población nativa.
Una causa moral definitoria
Después de sus operaciones masivas de limpieza étnica de 1948 y 1967, Israel trató de manejar a la población palestina restante a través del modelo tradicional de apartheid de llevar a los nativos a reservas, como hicieron sus predecesores con los "lugareños" remanentes que sobrevivieron a sus esfuerzos de exterminio.
Cualquier cautela por parte de Israel se derivaba del diferente clima político en el que tenía que operar: el derecho internacional se volvió más central después de la Segunda Guerra Mundial, con definiciones claras de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Occidente tergiversa deliberadamente el proceso de desposesión y apartheid de los palestinos remanentes por parte de Israel como un "conflicto" porque estos palestinos remanentes se niegan a someterse silenciosamente al modelo de apartheid y guetización.
Ahora, el enfoque de gestión aplicada por Israel a los palestinos se ha desmoronado por completo, por dos razones principales.
En primer lugar, los palestinos, ayudados por las nuevas tecnologías que han hecho más difícil mantenerlos fuera de la vista, han atraído un apoyo popular cada vez más amplio y, lo que es más problemático, entre el público occidental.
Los palestinos también han logrado llevar su causa a los foros internacionales, incluso obteniendo el reconocimiento como Estado por parte de la mayoría de los miembros de las Naciones Unidas. Potencialmente, incluso tendrán reparación en las instituciones legales internacionales de Occidente, como la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia.
Como resultado, someter a los palestinos –o mantenerlos en "calma", como prefieren llamarlo las elites occidentales– se ha vuelto cada vez más difícil y costoso.
Y, en segundo lugar, el 7 de octubre, Hamás demostró que la resistencia palestina no puede ser contenida ni siquiera bajo un asedio impuesto por aviones no tripulados y un sistema de intercepción Cúpula de Hierro que protege a Israel de los cohetes de represalia. En tales circunstancias, los palestinos han demostrado que buscarán formas sorprendentes y creativas de salir de su confinamiento y poner su opresión en el centro de atención.
De hecho, dadas las sensibilidades embotadas de Occidente hacia el sufrimiento palestino, es probable que las facciones militantes deduzcan que las atrocidades que acaparan los titulares -reflejando el propio enfoque histórico de Israel a los palestinos- son la única forma de llamar la atención.
Israel entiende que los palestinos van a seguir siendo una espina clavada en su costado, un recordatorio de que Israel no es un Estado normal. Y la lucha por corregir las décadas de desposesión y brutalización de los palestinos por parte de Israel se convertirá cada vez más en una causa moral definitoria entre los públicos occidentales, como lo fue en su día la lucha contra la Sudáfrica del apartheid.
Así que Israel está aprovechando este momento para "terminar el trabajo". El destino final está claramente a la vista, como en realidad lo ha Estado durante más de siete décadas. El crimen se desarrolla paso a paso, el ritmo se acelera. Y, sin embargo, los políticos y periodistas prominentes en Occidente, al igual que sus predecesores, siguen ciegos a todo esto.