- Boletin 27
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Las mujeres en la fuerza laboral
Escrito por: Beatriz Ramírez David.
Embajadora de Mujeres Liderando América Latina.
Embajadora Women Economic Forum -Colombia y Global Ambassador NERDS RULE INC.
Fundadora de la Fundación Unidas: Mujeres Construyendo Tejido Social.
Co-fundadora de la Red ¡Párala Ya! Nada Justifica las violencias contra las Mujeres.
Para hablar de las mujeres en la fuerza laboral, recordemos los hechos históricos que marcaron sus inicios en este largo camino en la búsqueda por la igualdad de oportunidades entre todos y todas. A finales del siglo XVIII, con la Revolución Industrial, las mujeres empezaron a incorporarse en el mundo laboral. Sin embargo, no contaban con las mismas condiciones: cobraban menos que los hombres y no tenían los mismos derechos laborales y esta lucha por la igualdad en el mundo laboral fue uno de los motivos que originaron el Día Internacional de la Mujer como lo conocemos hoy, el cual anteriormente era denominado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, donde se conmemora cada 8 de marzo la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona, en pie de igualdad con el hombre.
A principios del siglo XIX, la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reclamaba el derecho al voto para las mujeres, mientras las trabajadoras de las fábricas de Estados Unidos se declaraban en huelga para conseguir mejoras laborales. Aquí merece la pena que recordemos a María Betsabé Espinal quien nación en Bello, Antioquia el 25 de septiembre de 1896 y murió en Medellín el 16 de noviembre de 1932. Fue una hilandera que promovió la primera huelga de obreras de Colombia en la Fábrica de Tejidos de Bello-Antioquia, del 12 de febrero al 4 de marzo de 1920. Estuvo acompañada por otras líderes sindicales y hoy se conoce como la primera huelga colombiana que logró todos sus objetivos, además, donde las mujeres se organizaron por primera vez para reclamar sus derechos laborales.
La igualdad entre hombres y mujeres en el trabajo sigue siendo uno de los grandes retos de nuestra sociedad. Las mujeres siguen siendo minoría en los altos cargos directivos a pesar que siguen demostrando su capacidad en su gestión profesional a todo nivel. Es el momento de reconocer que el liderazgo femenino es clave en el fortalecimiento de las estructuras y la participación de las mujeres en cargos directivos de todo nivel se relaciona a un mayor compromiso social, trabajo colaborativo y en la búsqueda de alternativas o cambios positivos.
El avance al respecto es indudable pero queda mucho por hacer, la tradición machista en los entornos laborales es aún muy fuerte, las líderes femeninas aparte de sus habilidades innatas deben prepararse cada vez más para afrontar los prejuicios que permanecen aún vigentes y los retos que propone el nuevo orden mundial, además las instituciones educativas en todos los niveles incluyendo las universidades tienen un papel primordial en impulsar y promover el liderazgo de las mujeres, niñas y adolescentes. No podemos negar el aumento en la participación y el liderazgo femenino en las últimas décadas, son muy pocos los países que han logrado la equidad de género y mucho menos la distribución equitativa de las altas posiciones directivas entre hombres y mujeres.
Me despido dejándoles está frase que me encontré y le doy los créditos a quien corresponda: “La marca de un verdadero líder no es una posición o título que tenga, sino cuántas personas están dispuestas a seguirlo y en cuantas personas influye positivamente”.