Minería sí... Pero no en áreas protegidas


Por: Jairo Puente Brugés, 
Ingeniero Químico de la Universidad del Atlántico, Especialización en Procesamiento de Petróleo y Gas del Instituto de Petróleos de Rumania, Especialización de Química Ambiental, Autor de varias publicaciones: libro La Crisis del Agua en Santander, Actualmente docente de la Maestría Ciencias y Tecnologías Ambientales de la Universidad Santo Tomas, Bucaramanga



La multinacional minera Minesa entregó a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) requerido para el trámite de una licencia ambiental para su proyecto “Soto Norte”. Este proyecto ha generado una gran controversia. Las organizaciones que se oponen a su desarrollo convocaron a la Gran Marcha por el Agua, realizada el pasado 6 de octubre, con una notable participación ciudadana. Lo cierto es que la lectura del EIA presentado por Minesa confirma las inquietudes planteadas por las organizaciones opuestas a este proyecto.

Por ejemplo, el área donde se localiza el proyecto Soto Norte debería cumplir una “Función Amortiguadora”, según lo establecido en el Decreto 2372 (artículo 31) de 2010 (Áreas Protegidas). El proyecto se desarrollaría en el Municipio de California; muy cerca del páramo y sobre las cuencas de los ríos Suratá alto y Vetas (Numerales 3.1 y 5.1.5. del EIA). El Decreto 2372 establece que la “función amortiguadora” le corresponde a “la superficie de territorio circunvecina y colindante a las áreas protegidas y deberá cumplir una función amortiguadora que permita mitigar los impactos negativos que las acciones humanas puedan causar sobre dichas áreas”.

El artículo 29 de este decreto también determina como Ecosistemas Estratégicos: “Las zonas de páramos, sub páramos, los nacimientos de agua y las zonas de recarga de acuíferos, como áreas de especial importancia ecológica, gozan de protección especial”. Si se compara la localización del proyecto con los límites del Páramo Santurban, se observa que queda en un “territorio circunvecino y colindante” que debería cumplir una “función amortiguadora”. Un proyecto que removerá miles de toneladas de rocas usando 35.000 toneladas de explosivos no parece ajustarse a lo que se espera de una zona de amortiguación.

En el mismo sentido, la Ley 1252 de 2008 (artículo 2), establece: “Prohibir la generación, almacenamiento o eliminación de residuos peligrosos en ecosistemas estratégicos, en áreas protegidas, zonas de influencia de humedales o zonas de protección o recarga hídrica dulce…”La zona del proyecto, como ya se mencionó, corresponde a estas áreas protegidas por lo que no se deberían generar ni tratar residuos peligrosos. En el EIA (tabla 3.65) se presenta un listado de los residuos peligrosos que se generarían.

Otras inquietudes surgen al analizar la demanda de agua del proyecto que competiría con la demanda de agua de millones de personas. El EIA señala que el proyecto solicita la captación de 300 litros por segundo de agua subterránea, 15 l/s de agua superficial del río Suratá y 2 l/s de la Quebrada San Juan (Capítulo 7). Asumiendo un consumo promedio por persona de 170 litros/día, esto implica que solicitan captar un volumen equivalente al consumo de 161.110 personas. Un aumento de la demanda equivalente al consumo de agua de una población similar en número de habitantes a la de Piedecuesta.

El Estudio Nacional del Agua (ENA, Ideam, 2014) estima que Bucaramanga está en una categoría en la que “la presión de la demanda es muy alta con relación a la oferta disponible”. El ENA también advierte sobre la importancia del agua subterránea para zonas deficitarias en agua, como es el caso del área hidrográfica Magdalena-Cauca, donde está ubicado el proyecto (Tabla 5.1.1). Estas aguas subterráneas podrían suplir “las necesidades de abastecimiento para aquellas sub zonas hidrográficas que cuentan con un índice de aridez moderado a deficitario: Sistema Acuífero Bucaramanga, Piedecuesta...” entre otros (Capitulo 3 del ENA).

Para completar, el EIA también advierte sobre efectos en la oferta de agua: “Sobre la margen izquierda del Río Suratá se identificaron 5 cuerpos de agua principales con probabilidad de resultar afectados como resultado de las obras”. Además, se señala como impacto significativo: “la pérdida de cobertura vegetal” (Tabla 8.1), así como “alteración de poblaciones de flora endémica”. Por todo lo anterior y mucho más, sería difícil de entender que la ANLA no aplicara el Principio de Precaución establecido en la Ley 99 de 1993 para este polémico caso.


RESUMEN HOJA DE VIDA. Jairo Puente Brugés Ingeniero Químico de la Universidad del Atlántico (1966-1970). Especialización en Procesamiento de Petróleo y Gas del Instituto de Petróleos de Rumania (1974- 1976). Ex-Decano fundador de la Facultad de Química Ambiental de la Universidad Santo Tomás (2007-2013). Fundador y ex coordinador de la Especialización de Química Ambiental y docente de la Universidad Industrial de Santander (1996-2007). Cofundador del Centro de Investigaciones Ambientales de la UIS. Profesor universitario de Ecología, Química Ambiental y Agrícola y Tratamiento de Aguas desde hace 35 años. Integrante Grupo de investigaciones Ambientales para el desarrollo sostenible. U S T A http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do? cod_rh=0000205516 Autor de varias publicaciones: libro La Crisis del Agua en Santander, Capitulo Contaminación Hídrica del Libro Evaluación y manejo de contaminación urbana, (Ministerio de Medio Ambiente, Icfes 1997), Ecología Básica (UIS), Protejamos las Ciénagas (Inderena), Factores de Deterioro del Medio Natural y Humano y libro Venenos en el Hogar (2006). Columnista de Vanguardia Liberal (1989-2017). Fundador de la revista Manglaria del Inderena (1987). Miembro del Consejo Editorial de la revista ambiental Catorce6 de circulación nacional. Ex Consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ex Asesor del Ministerio del Medio Ambiente y del DAMA (Bogota). Director de Unidades de Investigación y Gestión Ambiental y Subgerente Nacional del Inderena (1985- 1995). Funcionario de ECOPETROL (1971-1981), a su retiro se desempeñaba como Jefe del Grupo de Aguas del Distrito de Producción El Centro. Actualmente docente de la Maestría Ciencias y Tecnologías Ambientales de la Universidad Santo Tomas, Bucaramanga. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

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