- Boletín 7
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La movilidad, caos gubernamental o Cultura Ciudadana
Escrito por:
Yorguin Angarita Reina.
Administrador de Empresas Uniciencista.
Especialista en Gerencia Pública.
Especialista en Medio Ambiente.
En todas las grandes ciudades del mundo se presentan problemas de movilidad. Tal vez en una ciudad como la nuestra y hermosa Bucaramanga, el problema de movilidad se convierte en un caos. Hay que tener en cuenta que esta ciudad está sobre una meseta que ya no tiene hacia donde expandirse. Luego, los municipios que conforman el área metropolitana prácticamente ya son un solo ente territorial, unidos por el avance urbanístico y la necesidad de la construcción y progreso de la industria.
En la actualidad aproximadamente residen en Bucaramanga y su área metropolitana 1.200.000 habitantes. De ahí hay que empezar a crear una política de convivencia ciudadana que debe ser como el famoso juego de la pirinola, “todos ganan, todos ponen”.
Cuando las autoridades de transito son dirigidas irresponsablemente por una cuota política que tan siquiera ha abordado un bus urbano, ni tiene idea de cuál es el valor de un pasaje, empezamos mal, y para completar un burgomaestre que se rodea de ineptos que lo único que hacen es aplaudir los disparates dichos por este. Ahí está el problema caótico de movilidad.
Pero, hay que plantear soluciones, y para esto debemos tomar ejemplo de urbes mundiales que han logrado superar este caótico problema. Para este caso tomo como referencia Canadá, en este país los trabajadores toman autobús para ir a laborar, el automóvil solo lo utilizan para los fines de semana. O sea, tiene que haber una cultura ciudadana para utilizar el transporte, pero a su vez el gobierno debe invertir en un buen parque automotor que tenga la capacidad de movilizar de una manera cómoda y digna a los ciudadanos de bien de una ciudad.
Allí los ciudadanos hacen largas caminatas que también son saludables, para llegar hasta el punto de abordaje del trasporte masivo. Son cuidados por un cuerpo policial que desempeña sus funciones al pie de la letra. Entonces la solución está en la cultura que debemos tener nosotros, guiados por una política de gobierno transparente y enriquecido de conocimientos útiles para el bien de la ciudadanía y no de intereses políticos de corrupción para reprimir y maltratar a cada uno de los residentes en la Ciudad Bonita.