- Boletín 8
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El cambio ocurrido en nuestro Legislador generado por las elecciones del 11 de marzo de 2018
Escrito por:
Ramón Guerra Durán.
Abogado Uniciencista.
Varios aspectos se destacan de las pasadas elecciones por voto popular de nuestro Congreso, a saber: una lenta renovación de sus miembros, una leve reducción del histórico abstencionismo y una exacerbada polarización ideológica.
Abordando el primer factor enunciado en precedencia, a nivel regional, tenemos que de los seis senadores electos en Santander1, dos de ellos inician su participación en la cámara alta (senado); se trata del señor Leonidas Gómez y de la señora Gloria Inés Flores. Por el lado de la cámara baja (cámara de representantes)2, los nuevos nombres son Fabían Díaz, Víctor Ortiz y Nubia López, a pesar de que esta última recibió fuerte apoyo de su esposo, quien es un controvertido político, hay que reconocerle su condición de mujer capaz y gestora en su propia elección. Existen casos en las cuales fueron elegidos (as) nuevas figuras, no obstante, son herederos (as) de caudales electorales de personas inhabilitadas o impedidas.
Situación similar se dio en el resto del territorio colombiano, que, sin mencionar nombres, son indicios de una tímida renovación por tantos aclamada, y de contera, abre paso a lo que genuinamente es el deber ser: el voto de opinión.
En punto del abstencionismo, aspecto que siempre ha caracterizado las jornadas electorales en Colombia, se evidenció una ligera reducción de dicho fenómeno: 47.8% fue el porcentaje de votantes que participaron en la última elección, frente al 43.5% de votantes aptos del año 20143, aclarando que para el año 2014 había 3.6 millones de personas menos, aptas para votar. Una de las motivaciones del abstencionismo es el descrédito de los partidos, sus miembros y en general de la clase política. Justamente esa indiferencia de los electores abstencionistas es la razón por la cual se eligen y religen personas cuestionadas por sus vínculos y procederes indebidos en el Congreso y de paso se reduce el voto de opinión, que en ultimas es una de las fórmulas (por no decir la más importante) de depurar la clase política, que en su mayoría es la fuente de la corrupción, mal que tiene a Colombia como uno de los países más desiguales del mundo, y simultáneamente impide que evolucionemos hacia un país de progreso.
Descendiendo al tema de la polarización política, entendida como el proceso por el cual la opinión pública se divide en dos extremos opuestos, se tiene que este terreno ha sido abonado por los medios de comunicación, que falsamente se creen “formadores de opinión”, cuando el deber de dichos medios es informar hechos tal cual suceden, para que los espectadores deduzcan y se formen una opinión propia de ellos; tarea nada fácil, si se tiene en cuenta que los medios de comunicación a excepción de pocos pertenecen a grupos económicos que obedecen a unas dinámicas bien marcadas y grupista.
Consecuencia de lo precedentemente señalado, hoy por hoy se habla de Derecha e Izquierda; a nada positivo en el ámbito local, regional y nacional se llega al tratar de encasillar a aspirantes y en general a la población en una u otra posición, pues ello contribuye a dividirnos más, y nos distrae de lo esencialmente importante: que cada uno y todos pensemos como País, que respetemos la opinión del otro, así sea diferente a la nuestra. En suma que seamos más tolerantes, y quizás así podamos encaminarnos hacia una verdadera paz, que está mucho más allá del silencio de los fusiles.
Parafraseando al maestro Estanislao Zuleta4 “En lugar de discutir un razonamiento se le reduce a un juicio de pertenencia al otro – y el otro es, en este sistema, sinónimo de enemigo-o se procede a un juicio de intenciones. Y este sistema se desarrolla peligrosamente hasta el punto en que ya no solamente rechaza toda oposición, sino también toda diferencia: el que no está conmigo está contra mí, y el que no está completamente conmigo, no está conmigo”.
Finalmente, en la medida que desarrollemos y consolidemos una conciencia individual y colectiva de que es necesario y urgente que todos ejerzamos el derecho del voto de opinión, en igual medida contribuiremos a depurar a la actual clase política, y de paso estaremos aportando por una ciudad, una región y un país hacia la senda de un desarrollo que sea en beneficio para todos.
1Fuente Vanguardia liberal. Edición marzo 12 de 2018.
2Fuente Vanguardia liberal. Edición marzo 11 de 2018.
3Fuente El Espectador. Edición 11 de marzo de 2018. Sección Redacción política.
4Fuente; http://www.utp.edu.co/rectoria/documentos/el-elogio-de-la-dificultad