Escrito por:
Andrés Mauricio Higuita.
Administrador Público Municipal y Regional, ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, MEDELLÍN.
Maestría/Magister UNIVERSIDAD DE SALAMANCA, Master en Desarrollo Emprendedor.
Doctorado UNIVERSIDAD PARA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL MÉXICO Ciencias Económicas y Administrativas.
Vicepresidente Red Emprende SUR, Gerente Play Consulting Group, SAS.

Mucho se habla hoy por hoy del emprendimiento y la innovación. Pareciera una moda, pero realmente es una necesidad a la que nos enfrentamos cada día como ciudadanos, y a la que la educación en general y la superior en particular, diariamente le presta más atención. Diversos estudios internacionales demuestran la importancia que tiene en este inicio de siglo, la educación emprendedora. El Foro Económico Mundial identifica dentro de las 10 habilidades y competencias que serán más relevantes en el mundo laboral del futuro, las siguientes: 1) Resolución de problemas complejos; 2) Pensamiento crítico; 3) Creatividad; 4) Manejo de personas; 5) Coordinación con otros; 6) Inteligencia emocional; 7) Juicio y toma de decisiones; 8) Orientación al servicio; 9) Negociación; 10) Flexibilidad cognitiva. Es decir, todas ellas habilidades propias del espíritu emprendedor. De igual manera el emprendimiento forma parte de las denominadas “Habilidades y competencias para el siglo XXI” (www.p21.org). En particular, la iniciativa emprendedora contempla el desarrollo de dichas habilidades y competencias en las personas de forma transversal (para la vida); y la iniciativa empresarial centra su atención en torno al desarrollo de ideas, proyectos y/o negocios

Estos estudios son solo un síntoma de la importancia que tiene actualmente la educación emprendedora en la formación de nuevas generaciones; es por ello necesario que no solo las instituciones educativas, sino también las entidades estatales que delinean y estructuran políticas públicas, tengan ello en cuenta a la hora de pensar el desarrollo de los territorios.

Son varios los retos que trae consigo el desarrollo del emprendimiento, pero quizás el más esencial de abordar es el del desarrollo de estas competencias, propias del espíritu emprendedor. Es necesario que la educación utilice metodologías activas de aprendizaje que hagan vívido el proceso emprendedor, y no solo sea una educación basada en sistemas tradicionales caracterizados por la magistralidad de las clases. En ese sentido, el uso de metodologías propias como el aprender jugando, es esencial en el desarrollo de dichas competencias. Pues, como lo dicen diversos autores, el jugar ayuda a realzar el pensamiento creativo, fomenta la confianza, ayuda a desarrollar el pensamiento divergente y condicional, y reduce el estrés – todo lo cual, puede conducir a un incremento del aprendizaje.

Ahora bien, luego de desarrolladas las competencias emprendedoras, el fomento del emprendimiento trae consigo el pensar en estrategias diferenciadas para las diversas tipologías de emprendimiento: Emprendimiento Femenino, Emprendimiento Cultural, Emprendimiento Social, todos aparecen como tendencias importantes en un mundo en donde quizás se le ha prestado más atención a aquél que desarrolla tecnología, minimizando aquellos emprendedores que desde otras esferas generan un impacto muy importante en el desarrollo social de las comunidades.

Aún hay mucho por desarrollar y aprender, de allí la importancia del XII Workshop de la Red Emprende SUR a realizarse en el mes de octubre en Bucaramanga, Colombia, pues allí se podrá evidenciar cómo diferentes investigadores y docentes de la temática están resolviendo estas cuestiones en nuestra latitud. ¡Los Esperamos!!!