En el texto Derecho Constitucional¹ citan que son tres las condiciones de existencia del Estado, que condicionan el nacimiento, la desaparición y la eventual resurrección, así como su existencia: el territorio, la población y la organización política y jurídica. Nuestro país posee efectivamente estos tres elementos y lo reafirma en su Constitución Política, definiéndose la palabra constitución básicamente como: “las normas relativas a la organización fundamental del Estado”² describe por tanto el Artículo 4° Constitucional: “La constitución es norma de normas. En todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales. Es deber de los nacionales y de los extranjeros en Colombia acatar la Constitución y las leyes y respetar y obedecer a las autoridades.” ³ He citado estos importantes conceptos y sus fuentes para inquietar al lector a su consulta, dado que cuando no se conoce es difícil defender algo o a alguien; el Colombiano desde niño está ausente de las normas, del conocimiento de sus deberes, y de aprender para interiorizar el espíritu filosófico y humano que puede encerrar la Constitución, se tiene en cuenta quizá para motivar sentencias, tutelas, escritos reclamando derechos, pero no se estudia, ni se ama y menos se respeta en estricto sentido la Constitución Política, que es Amiga del Estado, pero no se le trata con honorabilidad.

Con base en esta breve recordación de elementos, ¿qué resulta de un Estado integrado por personas en las instituciones de poder, cuando no acatan la norma de normas, el respeto por la vida digna, la libertad individual, y cada vez se alejan más del interés general?: un resultado desalentador, impunidad, carteles, carruseles, crisis de presupuesto en educación, salud, vivienda, resumiendo corrupción, desigualdad y pobreza, lo expreso Rousseau en el Contrato Social⁴: “en un mal gobierno esta igualdad (refiere a hombres desiguales en fuerza o talento, se hacen iguales por convención y por derecho) solo es aparente e ilusoria; sirve tan solo para mantener al pobre en la miseria, y al rico en la usurpación. De hecho, las leyes siempre son útiles a los que poseen y perjudiciales a los que nada tienen, de lo que se sigue que el estado social solo es ventajoso para los hombres cuando todos tienen algo y cuando ninguno de ellos tiene demasiado.”

En este orden de ideas, Colombia con toda su riqueza humana y de recursos, más la bien organizada y respetable Constitución Política, y obligada a asumir su defensa, si únicamente se hace el seguimiento a la protección de la infancia y adolescencia quienes forman las futuras generaciones de líderes, se encuentra: orfandad del Estado, la falta de trato digno en todo sentido, y se puede concluir naturalmente que es un Estado en Crisis. Termino con las palabras que el Ave Fanza de un escrito del Calila⁵ le respondió al rey que la perseguía animado con un deseo de venganza, “Un hombre sensato no vacila en abandonar a sus padres, sus hijos, su tierra y sus riquezas, cuando el peligro empieza a amenazar su vida; porque más tarde puede reponer o rescatar lo que en un momento dado ha sacrificado, no así sucederá con su vida si la pierde. Y el peor dinero es el que no se gasta; la peor esposa es la que no sabe vivir en armonía con su esposo; el peor hijo es el desobediente; el peor amigo es el frustráneo; y entre los reyes, el peor de todos es aquel que el inocente teme; y el peor país es aquel donde falta la seguridad, y levanto el vuelo y se fue”. Por tanto, todo en el papel este contenido, pero eso no basta, cada colombiano ha de hacer lo correcto, para alcanzar lo justo, de lo contrario tanta desigualdad finalmente hará caer la balanza, y esa población, pueblo, ciudadanos, sociedad, elemento del Estado, no soportará tanta falsedad. No se sume a la crisis, defienda a Colombia empezando por la Constitución Política y los recursos públicos.

¹ Pierre Pactet – Ferdinand Mélin, Derecho Constitucional –pág. 33 edit.Legis -2011

² Eduardo García Máynez. Introducción al derecho-Edit. Esquilo pág. 108

³ Francisco Gómez Sierra. Constitución Política de Colombia Edit. Leyer 2018

⁴ Juan Jacobo Rousseau. El Contrato Social. Pag.28

⁵ Antonio Chalita Sfair. Calila y Dimna. Pág. 250