La comunidad latinoamericana debe preocuparse por la gran cantidad de refugiados que corren del poder usurpador de Maduro y sus secuaces en cabezados por Diosdado Cabello, estos siniestros personajes repudiados por la mayoría de naciones del mundo acabaron con la estabilidad de Venezuela en lo económico, social y político. Con el solo fin de favorecer unos cuantos clanes de familias actualmente millonarias con los recursos del estado de este país, depositando fuertes sumas de dinero en diferentes bancos del mundo y de esta manera asegurar un bienestar a futuro con el erario público de Venezuela.

Esto ha provocado la migración de venezolanos hacia países vecinos por países como Brasil donde la mayoría es de ciudadanos indígenas, Colombia donde también migran, unos buscando trabajo para subsistir y enviar comida a sus familiares que quedaron en Venezuela cuidando sus bienes. Otros van de paso para países vecinos como Perú y Ecuador.

El principal problema que ha generado esta migración ha sido el aumento de prostitución, la informalidad, problema con adultos mayores, mujeres en periodo de embarazo y lactancia, y lo más preocupante son los niños de primera infancia, además sumarle que las economías de todos estos países no tenían ninguna medida de prevención para soportar este problema de migración de los venezolanos y no hay disponibilidad presupuestal para sostener este desangre por Latinoamérica.

La única solución según mi concepto personal está en manos de las fuerzas militares venezolanas, son ellos quienes se deben declarar en desobediencia militar y colocarse al lado del pueblo sufrido y maltratado por la dictadura de Nicolás Maduro, el presidente interino Juan Guaidó sorprendió al mundo al anunciar la liberación del líder opositor Leopoldo López, quien permanecía arrestado en su casa desde julio de 2017, luego de ser condenado a 13 años de prisión. Su publicación dio inicio a una jornada que concentró la atención del mundo, un día antes de las marchas convocadas para el 1 de mayo, fecha en la que Guaidó anunció el inicio definitivo de la Operación Libertad para Venezuela.

Mientras tanto, Guaidó y López posaron ante las cámaras y consolidaron así el retorno de una de las figuras más notorias de la oposición. Leopoldo López, de vuelta a las calles, convocó a los venezolanos a manifestarse. Pero ante el ataque desmedido de las acciones violentas de los militares que todavía mantienen su apoyo a Nicolás Maduro, se fueron diluyendo el entusiasmo de los marchantes.

Todas cadenas de televisión dieron a conocer las impactantes imágenes de una tanqueta militar que arrolló a un grupo de civiles que protestaban en contra del gobierno. Una vez más, sus publicaciones le valieron una censura en Venezuela: esta vez el gobierno bloqueó su señal en inglés.

Con el paso de las horas se hizo evidente que el 30 de abril, y el 1 de mayo será la fecha que marque el inicio de una nueva etapa en la lucha por el poder en Venezuela, y en los planes de la oposición para lograr el restablecimiento de la democracia para volver a tener una paz duradera, reactivación de la economía, lo social y un vuelco total a las instituciones políticas.