- Boletín 14
- Visto: 1923
Ética para Dani: defensa del bien público del derecho y la justicia
Escrito por: Fernando Aurelio Guerrero.
Doctorando Universidad Externado de Colombia.
Mag. Litigio Internacional DH y DIH.
Esp. Derecho Constitucional y Derecho Administrativo.
Docente Uniciencista Bogotá.
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”
Proverbios 22:6
En el camino de formación de Dani surgió la pregunta sobre ¿cómo ejercer el derecho y garantizar la justicia en escenarios corruptos y contextos de injusticia?
Un instructor puede acompañar el camino de la question desde dos perspectivas: una basada en el dogma de la utilidad, proporcionando herramientas para que en el ejercicio del derecho y la defensa de la justicia, encuentre en la mayor cantidad posible beneficios y respuestas satisfactorias; otra basada en el dogma de los principios rígidos, que permiten compartir con Dani una visión inalterable de percepciones individualistas, que han garantizado el cumplimiento de los propósitos sublimes.
Si Dani quisiera garantizar su formación para la protección de los derechos fundamentales, en escenarios donde imperan actores hegemónicos de poder que imponen sus intereses y vicios, deberá escoger muy bien el instructor que la acompañará en su camino de formación, podría ser seducida por el interés en llenarse de herramientas para luchar en escenarios burocráticos que por lo regular colocan por encima los intereses económicos y financieros, esto sugeriría que Dani prefiere sobrevivir en medio de una tormenta, y centrarse en encontrar atajos que la coloquen de primeras en la fila de personas víctimas de la visión basada en que el fin justifica los medios.
Por otro lado, Dani podría querer formarse en escenarios de lucha por la justicia, que están fortalecidos por sus bases milenarias y de éxito en la protección de lo fundamental y lo social, buscando fortalecer el proceso de toma de decisiones y sus acciones basada en principios absolutos, los cuales a pesar de que flexibilicen su derecho de contradicción y de expresión al privilegiar la igualdad y la equidad en la formación, permiten colocar el statu quo en tensión para presionar y obligar a resolver la situación de los no aventajados y desfavorecidos, con el fin de que se depure el sistema y se resurjan el mérito y las políticas para la cohesión y desarrollo social e integral.
Aparentemente sólo estas dos visiones de instrucción estarían disponibles para Dani, pero eso no es así. En otra forma, puede apelarse a algo más que buscar las mayores utilidades o la búsqueda de una absoluta rigidez ética. Dicho camino es el del virtuosismo, que entendería que dicha situación de “hambre y sed de justicia”, es el desierto que te hará mejor persona, sin que se pueda renegar, maldecir o despreciar la circunstancia de corrupción vivida, y que en cambio con resignación se preguntará, ¿para qué?, más que ¿cómo?, colocándose desde el virtuosismo en un replanteamiento sobre el concepto de justicia.
Es así como puede auto-habilitarse “Dani”, para aprovechar, centrarse en vivir cada circunstancia con alegría, concentrada en vivir cada instancia para formarse con el fin de ser mejor persona. Lo anterior sin desechar la necesidad de conocer las premisas, los elementos, las fuentes y precedentes necesarios y suficientes que posibilitan ganar una batalla legal, y exigir cumplir las obligaciones del sujeto infractor, conociendo el método más eficaz para acceder a la protección de sus pretensiones constitucionales, lo cual obliga a que se haya instruido en la teoría que brinda los puentes y vehículos para el establecimiento y materialización de la justicia material.