La razón de la fuerza: acudiendo al Conflicto Armado como método de superioridad en el Mundo Contemporáneo


Escrito por: Ramon Guerra Duran.
Abogado Uniciencista.
Especialización en derecho constitucional.


La existencia humana desde sus inicios ha sido conflictiva; tomando como fuente uno de los libros apreciado tanto por creyentes como ateos: la Biblia. Allí se narra confrontaciones bélicas (1 Samuel 22:6-23 NVI, 2 Reyes capítulo 25 RV, Josué 10:40 RV, por mencionar solo algunos). El mundo contemporáneo, procurando reducir la deshumanización por causa de los conflictos armados, creó el Derecho de Guerra, o Derecho Internacional Humanitario (en lo sucesivo DIH), entendido como “la rama del derecho internacional destinado a limitar y evitar el sufrimiento humano en tiempo de conflicto armado. En este sentido, el DIH limita los métodos y el alcance de guerra por medio de normas universales, tratados y costumbres, que limitan los efectos del conflicto armado con el objetivo de proteger a personas civiles y personas que ya no estén participando en hostilidades” (ver https://www.oas.org/es/sla/ddi/derecho_internacional_humanitario.asp). No obstante, como especie humana, las intenciones se han quedado corta ante las realidades, que como veremos seguidamente, dan cuenta de la tendencia humana de acudir a la beligerancia armada en pos de imponer una u otra condición.

"Se entiende que existe un conflicto armado cuando se recurre a la fuerza entre Estados o hay una situación de violencia armada prolongada entre autoridades gubernamentales y grupos armados organizados o entre estos grupos dentro de un Estado. La anterior definición fue dada por el Tribunal Penal para la Ex Yugoslavia en la sentencia "Tadic" (ver https://www.oas.org/es/sla/ddi/docs/publicaciones_digital_XXXVIII_curso_derecho_internacional_2011_Romaric_Ferraro.pdf).

De la definición anterior se deduce que el conflicto armado se puede dar entre Estados (conflicto armado internacional), o entre un Estado y grupos armados, o entre grupos armados, (siendo en ambas circunstancias), dentro de un Estado, llamándose, conflicto armado no internacional. Los dos últimos casos, se dan en Colombia. ¿Qué lleva a que se genere un conflicto armado? Múltiples razones, entre ellas, expansión territorial, riqueza de recursos naturales del territorio en conflicto, ubicación estratégica, rencillas históricas, imposición de ideologías, ego de poder, y otras tantas más como las que usted está considerando al leer estas líneas. Tratándose de conflicto armado no internacional (caso colombiano), adicional a lo anterior, se suma la inconformidad por las políticas desarrolladas por los gobiernos de turno, la exclusión social, la corrupción, la creación y desarrollo de guerrillas con y sin fines políticos, el narcotráfico, la expansión de bandas criminales, etc.

Se estima que, en el siglo XX, por cuenta de las confrontaciones armadas, ocurridas en dicho período de tiempo, 110 millones de personas perecieron en el mundo, siendo las dos guerras mundiales las que más muertes causaron: 36 millones de muertos en la segunda y 16 millones en la primera. Dentro de los conflictos armados más representativos del siglo XX, sobresalen los siguientes: “la guerra de Corea (2’9 millones de muertos), el genocidio de Camboya (2 millones), la guerra civil de Nigeria (2 millones), la guerra del Vietnam (2 millones), la guerra civil del sur de Sudán (2 millones), la invasión india a Bangladesh (1’5 millones), la guerra civil de Rusia (1’3 millones), la guerra civil española (1’2 millones), el genocidio armenio (1 millón), las luchas entre musulmanes e hindúes en la India (800.000), el genocidio de Ruanda (600.000), la guerra entre Etiopía y Eritrea (545.000) y la guerra Irán-Iraq (400.000). Otros conflictos provocaron más de 100.000 muerto.” (ver https://escolapau.uab.cat/conflictos-y-procesos-de-paz-contemporaneos/).

Conflicto armado en Colombia
Colombia inició el siglo XX con un conflicto armado: la guerra de los mil días. (ver https://www.museonacional.gov.co/sitio/tdepaz/paz3.html). En dicho conflicto, historiadores expresan que aproximadamente 100 mil personas murieron por causa de dicho conflicto. Sin embargo, para ese entonces, la población colombiana era alrededor de 4 millones de personas aproximadamente, lo que pone en duda la cifra anterior, y teniendo en cuenta la letalidad de conflictos bélicos anteriores, como el de Inglaterra y Gales durante la Primera Guerra Mundial, estimando en menos de la mitad de la cifra anterior. (ver https://www.banrep.gov.co/es/chee-43). Con todo, posterior a un conflicto, como la crisis en todas las esferas sociales, culturales y económicas, en resumen, caos, como dato significativo, otra consecuencia fue la separación de Panamá, que, para entonces, era un Departamento de Colombia.

Posteriormente, cuando se creía haber ligeramente superado la vía de la confrontación bélica, llegó el 9 de abril de 1948 y desde entonces, Colombia ha sido testigo de un conflicto armado prolongado que persiste en la actualidad; veamos porqué: Jorge Eliecer Gaitán era candidato presidencial de Colombia por el partido Liberal, y el 9 de abril de 1948 fue asesinado, dando inicio al “Bogotazo”, eufemismo para indicar la violencia armada que seguiría a ese hecho. Buscando apaciguar la violencia, los partidos Liberal y Conservador, hegemónicos en ese interregno, el 1 de diciembre de 1957, crearon el frente Nacional, vía plebiscito, que no fue otra cosa que la distribución del poder alternadamente entre tales partidos. Con el tiempo, la exclusión de otras alternativas políticas, aunado a la indiferencia por las necesidades sociales, la represión como respuesta a las inconformidades, generaron tensiones, encontrando salidas a estas con la creación de las guerrillas, entre ellas las FARC, el ELN, el EPL (ver https://bibliotecanacional.gov.co/es-co/proyectos-digitales/historia-de-colombia/libro/capitulo12.html#:~:text=El%201%20de%20diciembre%20de,que%20crearon%20el%20Frente%20Nacional.).

Buscando contrarrestar el accionar de las guerrillas, en Colombia se acudió a grupos armados no estatales, dando inicio al paramilitarismo, sumiendo a buena parte del territorio nacional a una violencia feroz y exponencialmente degradada. La década de los 90 hasta nuestros días, en Colombia ha sido y es escenario de un sinnúmero de masacres, asesinatos selectivos, desplazamientos forzados, falsos positivos (eufemismo para indicar asesinatos de civiles en situación de indefensión por algunos agentes de seguridad del Estado). A la par de los actores atrás reseñado se sumó el narcotráfico, que contribuyó a financiar la guerra, y resquebrajar a la sociedad y principios democráticos, para en su lugar pregonar su doctrina: todo vale y la cultura de lo fácil. Colombia, como Estado hacen parte del sistema interamericano de derechos humanos, del cual hace parte la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Este tribunal de justicia a la actualidad ha condenado a Colombia como Estado por masacres y ejecuciones extrajudiciales, con 46 sentencias; 10 más se encuentran en trámite de resolución, para significar la magnitud de la violencia y falta de justicia interna, salvada (los casos que se visibilizan) por el citado tribunal reseñado (ver https://www.corteidh.or.cr/mapa_casos_pais.cfm). Mas de 8 millones de personas desplazadas según la Unidad de Victimas, organismo gubernamental y un poco menos de 500 mil personas muertas por cuenta del conflicto armado en Colombia, ilustran entre otras, las consecuencias de la confrontación armada. En el presente, persiste el asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos; entre 2016 y 2022 alrededor de 1113 personas fueron asesinadas por la violencia asociada al conflicto armado. (ver https://www.defensoria.gov.co/-/el-2022-marc%C3%B3-un-lamentable-r%C3%A9cord-de-homicidios-a-l%C3%ADderes-sociales-y-personas-defensoras-de-derechos-humanos)

La nueva dinámica de los conflictos armados en la globalización
La expansión del capitalismo a nivel mundial ha generado la necesidad de garantizarle a este los medios y formas de coexistencia, crecimiento y consolidación en los países en los que centra sus intereses. Reducidos grupos y actores con gran poder económico promueven estrategias en pos de su máxima: mayor beneficio a menor costo, y claro para ello es necesario desde un marco jurídico flexible hasta una amnistía por los “daos colaterales” en caso de incidentes desafortunados. Ejemplo de ello en América latina está el caso del conglomerado económico ODEBRECHT: desplegó una cadena de sobornos en distintos sectores económicos en el ámbito regional, y en el caso colombiano, con tal de materializar la máxima “mayor beneficio a menor costo”. (ver https://transparenciacolombia.org.co/la-corrupcion-debe-dejar-de-ser-un-negocio-que-paga-2/). Desde luego, no se puede generalizar, satanizar la inversión extranjera, pues esta, procurando también beneficios para la sociedad, contribuye al anhelado bienestar común.

Juan Andrés Toledano, apoyado en Chomsky, analista político y de una de las voces más respetadas en dicho campo, en un fragmento de uno de sus escritos puntualizó: “Las futuras generaciones se enfrentarán, según Noam Chomsky, a problemas bastante distintos en escala y complejidad de cualquiera de los surgidos con anterioridad. La posible destrucción de un entorno físico capaz de sostener la vida humana en condiciones similares a las actuales es uno de los más dramáticos, juntamente con la creciente amenaza de las armas de destrucción masiva y los continuos conflictos entre adversarios con una capacidad para causar terribles daños cada vez mayores. No es tan obvio que estos problemas tengan una solución. Que la exaltación de la codicia hasta convertirla en el más alto valor humano no es la respuesta es bastante evidente”.

A nivel mundial, en la actualidad, se están desarrollando conflictos armados a saber: la guerra entre Rusia y Ucrania: el 24 de febrero de 2022, Rusia activó lo que denominó la “operación militar especial”. Es de recordar que tanto Rusia como Ucrania, junto a otros países (Bielorrusia, Moldavia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, independizados), integraron el denominado bloque soviético, conocido también por sus siglas: URSS. Por diversas razones, tal bloque de países se mantuvo hasta el 25 de diciembre de 1991, cuando se disolvió. Acudiendo al discurso nacionalista, y otros aspectos, Rusia pretende recuperar lo que considera territorio integrante de esta. Las cifras de muertos se mantienen en secretismo, y los medios de comunicación u organizaciones de derechos humanos por el conflicto en sí mismo, tienen dificultad para tener información al respecto. El periodismo no oficial, así como las voces en contra de la guerra en Rusia, son fuertemente reprimidos y restringidos. Lo cierto es que los muertos superan los cientos de miles y la crisis humanitaria desencadenada por la guerra es palpable.

Por otra parte, Israel desarrolla la operación militar en Gaza, que hace parte del territorio de Palestina, como respuesta al ataque recibido por el grupo extremista Hamas, ocurrido el 7 de octubre de 2023. Desde esa fecha a la actual (enero de 2024), por cuenta de bombardeos y ataques de militares han muerto aproximadamente 23.000 palestinos, la mayoría mujeres y niños, y cerca del 85% de la población se encuentra desplazada por la violencia. Los rencores acumulados por cientos de años de conflictos entre etnias de ambos bandos, cada tanto tiempo se manifiestan en ataques militares. La reciente escalada de violencia por parte de Israel, que ya raya en lo desproporcional y crecientemente cuestionada por la comunidad internacional, seguirá alimentando ese odio letal, que en un futuro generará nuevos enfrentamientos. (ver https://www.france24.com/es/medio-oriente/20240107-tres-meses-de-guerra-en-gaza-tras-22-835-palestinos-muertos-el-enclave-se-enfrenta-a-la-destrucci%C3%B3n)

En el plano latinoamericano, ha surgido en nuestro vecino Ecuador, hechos que pueden convertirse en un conflicto armado escalonado. En agosto de 2023, el candidato presidencial Fernando Villavicencio fue asesinado por sicarios. La violencia en Ecuador alcanzó desde el 7 de enero de 2024 un máximo nivel, con una violenta acción armada desplegada por bandas criminales, alimentadas por el narcotráfico, atacando a 6 cárceles, un canal de comunicación, Universidades; desafiando a la institucionalidad. Tales hechos forzaron al gobierno en cabeza del presidente Daniel Novoa a decretar por 60 días el estado de excepción, en aras de superar la crisis y recobrar el orden público (ver https://www.bbc.com/mundo/articles/cerlp2w1rrpo).

Con las cifras atrás reseñadas, y el horror causado por los conflictos armados precitados y sus secuelas, que siguen perdurando, surge la pregunta: ¿las sociedades en general pueden encontrar soluciones distintas al conflicto armado para resolver sus diferencias? La Respuesta es Si. A pesar de todo, la mayoría de las sociedades y sus integrantes quieren y procuran la paz. Entonces la cuestión está en impedir que lideres o personajes que se consideran mesiánicos y sus círculos cercanos propaguen su discurso y acciones de “superioridad” y para hacerlo es necesario seguir fortaleciendo la democracia como instrumento de gobierno, salvo que surja un modelo que mejore la gobernanza, así como una fuerte separación de poderes, en el mejor sentido de la expresión; una eficiente administración de justica en los Estados, a fin de que se controle, se minimice, los intentos y proyectos que por la vía de la violencia armada pretendan imponerse; retomando lo dicho por Gandhi: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena.”. En sentido similar, Martin Luther King Jr, manifestó: “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos”. Facundo Cabral en su estilo, expresó “Si Los Malos Supieran Lo Buen Negocio Que Es Ser Bueno, Serían Buenos, Aunque Sólo Fuera Por Negocio.” Aún es posible cambiar la razón de la fuerza por la fuerza de la razón.


 

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