Pro y contras de la inversión extranjera directa a partir de los acuerdos de paz en Colombia


Escrito por: Pascual Rueda Forero.
Abogado UNICIENCIA, Economista USTA.
Especialista en Gestión Estratégica de Mercados y Docencia Universitaria.
Magíster en Derecho Internacional y Relaciones Exteriores e Internacionales.
Magister en Derecho Propiedad Intelectual y Nuevas Tecnologías.
Doctor en Derecho Económico y Empresarial, Estudiante de Doctorado en Contaduría.


El siguiente artículo de reflexión se realiza con base en los acuerdos y beneficios dados por el gobierno colombiano, las FARC y su relación con la inversión extranjera directa.

Los inversionistas extranjeros ven con buenos ojos el proceso de paz, debido a que Colombia lleva más de 50 años de conflicto armado y lograr un acuerdo con estas personas mejora la estabilidad social y económica del país, pero, mantiene cierto recelo para invertir en Colombia, a no ser que el gobierno colombiano garantice a los inversionistas una estabilidad social y económica para qué ese capital foráneo llegué en buena hora a los diferentes sectores económicos incrementando la competitividad y crecimiento.

Igualmente, el estado debe comprometerse con los grupos inversionistas a regular de manera equitativa el sistema tributario y dar beneficios para que estas personas generen empleo, bienestar social y económico a los nacionales (Pacheco Ríos, L.K.& Pinilla Hortua, O.A, 2017.

En esta etapa de los acuerdos se observa que el PIB real en el país “mejoró”, pero, ese mejoramiento es aparente, no es un crecimiento sólido que sea representativo en los diferentes sectores económicos, sólo se da, en algunos sectores minoritarios produciendo un desarrollismo estructural, que lo que hace es acrecentar más la diferenciación social y por ende a futuro incrementar el conflicto social.

Históricamente todo proceso de crecimiento económico se da a través de la inversión en recursos productivos, el país puede acudir a recursos internos o brindar un escenario de oportunidades para que inversionistas extranjeros trasladan los recursos e invierta en sectores que sean atractivos para el país o la región.

Keynes lo denomina expectativas (Torrero Mañas,A, 2012), que no es otra cosa que la perspectiva del inversor frente al comportamiento del entorno donde esté considerando realizar su inversión, pero condicionado a buscar equidad entre algunas de las variables tomadas en consideración abarcando la carga tributaria.

En Colombia el desarrollo productivo adolece de capacidad productiva de bienes y servicios de alto valor agregado que le permita una mayor competitividad en los mercados internacionales (Herrera N, Enrique G, & Herrera Llamas, J,A, 2017), convirtiendo la inversión extranjera en una fuente indispensable de recursos que favorece el crecimiento a través del desarrollo de la industria al incorporar no sólo recursos materiales y tecnológicos, que permiten satisfacer las necesidades de consumo y posibiliten la generación de empleo en mercados internacionales en condiciones favorables de competitividad, porque si bien las expectativas frente a la inversión se encuentran divididas, es claro que la ley de financiamiento dada por el Gobierno adolece de efectividad y, en lugar de fortalecer la economía nacional lo único que hace es desestimular la inversión, debido a las malas políticas y decisiones tomadas por los líderes de turno, que sólo buscan beneficios personales y burocráticos lastimando de una u otra forma el aparato productivo de la economía colombiana.

Por estas razones a manera de conclusión la inversión extranjera es excelente para el mejoramiento del país siempre y cuando el estado colombiano asegure estabilidad social y económica a los inversionistas y realicen estudios serios de mercado con el propósito de conocer las necesidades del entorno y sensibilizar a la población colombiana de las políticas tomadas por los líderes y aplicar todo el 'peso de la ley a los ‘políticos de cuello blanco’ para acabar con la corrupción y mejorar la imagen del país, para ello considero que el Estado debe realizar alianzas estratégicas con universidades, el sector empresarial y mejorar las condiciones de vida de los colombianos recalcando siempre la ética y las buenas costumbres.

Sé que este tema es controversial, pero mi propósito es llamar la atención para que reflexionen acerca de esta temática y tratar de actuar buscando un cambio con la innovación que tanto necesitamos los colombianos.


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